Más allá del cáncer: el desafío de la reconstrucción mamaria - Mundo Ejecutivo

Más allá del cáncer: el desafío de la reconstrucción mamaria

En México, se estima que cada año se diagnostican 30 mil nuevos casos de cáncer de mama, y en más del 70% de estos, la enfermedad es detectada en fases avanzadas, lo que dificulta una respuesta favorable a los tratamientos, según datos del Instituto Nacional de Cancerología (InCan).

Aproximadamente entre el 10% y 30% de quienes padecen esta enfermedad se someten a una mastectomía como parte de su tratamiento, principalmente quienes tienen mayor riesgo de desarrollar nuevamente cáncer de seno o cuando el tumor es demasiado grande y no son candidatas para una cirugía con conservación del seno; sin embargo, apenas el 7% de ellas pueden acceder a una reconstrucción mamaria.

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¿En qué consiste la mastectomía?

La mastectomía es un procedimiento quirúrgico que consiste en la extirpación total o parcial del tejido mamario para eliminar el tumor y prevenir la propagación de la enfermedad.

Hay varios tipos, desde la mastectomía simple, en la que el cirujano extirpa toda la mama incluyendo la piel, pezón y areola; o una mastectomía radical modificada en la que también se extirpan los ganglios linfáticos de la axila.

Tras la cirugía, muchas mujeres optan por la reconstrucción de seno, y otras suelen postergarlo durante semanas, meses o incluso años, esto debido al alto costo que representa este proceso que implica la colocación de un implante mamario o un expansor tisular que es un dispositivo que se utiliza para estirar la piel del pecho para que la paciente pueda recibir el implante definitivo.

En promedio, la reconstrucción mamaria con implantes puede oscilar entre los 100 y 200 mil pesos, dependiendo de la institución médica en la que se realice, el tipo de implante y el cirujano plástico.

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Consecuencias emocionales y psicológicas

Cabe mencionar que tras someterse a una mastectomía, las pacientes pueden experimentar afectaciones emocionales y psicológicas que impactan en diversos aspectos de su vida, sobre todo en sus relaciones de pareja.

Además la extirpación de un seno también repercute en su salud física, ya que según especialistas, el peso de una mama puede afectar la columna o los hombros; por ello, la reconstrucción puede ayudarles a mejorar su calidad de vida y su autoestima, lo que se traduce en bienestar.

No obstante, son pocas las pacientes que pueden acceder a estos procedimientos debido a factores económicos, sociales y de infraestructura disponible, lo que subraya la necesidad de implementar políticas públicas para facilitar el acceso en México.

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El desafío de acceder a una reconstrucción mamaria

De acuerdo con la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam), en México solo 2 de cada 10 pacientes tienen acceso a una reconstrucción mamaria, en comparación con países como Estados Unidos donde más del 90% acceden a una cirugía reconstructiva de mamas.

En el país existen fundaciones como Fucam, Reconstruir es volver a Vivir, que impulsan la reconstrucción mamaria tras el cáncer de mama; así como instituciones médicas como el Hospital General de México y el Instituto Nacional de Cancerología, que cada año realizan miles de reconstrucciones mamarias.

Adicionalmente, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA), en coordinación con el IMSS-BIENESTAR ofrece, de manera gratuita, cirugías de reconstrucción mamaria a mujeres que hayan concluido su tratamiento contra el cáncer de mama en la capital del país.

Datos de la SEDESA evidenciaron que en 2023, en el Hospital General Rubén Leñero, se realizaron 126 cirugías gratuitas de reconstrucción mamaria en pacientes que superaron el cáncer de mama y que no cuentan con seguridad social.

En años anteriores, las intervenciones fueron menores, con 49 cirugías realizadas en 2022 y 13 en el 2021. Sin duda, estas cifras evidencian la urgente necesidad de ampliar y fortalecer los programas de reconstrucción mamaria para mejorar la calidad de vida de las sobrevivientes en todo el país.

Mercado de implantes mamarios

En este contexto, el mercado global de implantes mamarios, tanto para procedimientos estéticos como para la reconstrucción, experimenta un crecimiento significativo y se posiciona como una industria en expansión.

En 2024, el mercado mundial de implantes mamarios se valoró en aproximadamente 2.6 mil millones de dólares y se espera que al cierre de 2025 alcance cerca de 2.9 mil millones de dólares. En América Latina, se estima que en 2024 el mercado de implantes mamarios alcanzó un valor de 2.49 mil millones de dólares.

Asimismo se proyecta un crecimiento del mercado a una tasa anual del 8.4% para el 2034, alcanzando un valor de 5.58 millones de dólares, de acuerdo con un informe de EMR Report.

Este aumento está relacionado con el incremento de diagnósticos y una  mayor prevalencia del cáncer de mama a nivel global, así como en la demanda de cirugías reconstructivas posteriores a la mastectomía, y procedimientos estéticos para mejorar la apariencia de los senos.

Tipos de implantes

Los tipos de implantes mamarios más utilizados en estos casos son principalmente de silicona y solución salina, disponibles en varias formas y tamaños, acordes con las características físicas de las pacientes, el estado del tejido y la recomendación del cirujano especialista.

Además, la superficie del implante puede ser lisa o rugosa, lo que puede influir en la respuesta del tejido y la incidencia de complicaciones. En algunos casos se utilizan implantes en combinación con tejidos autólogos que se extraen del propio paciente, para lograr mejores resultados estéticos y que el seno se vea lo más natural posible, ayudando a las personas a recuperar su autoestima y calidad de vida tras el cáncer de mama.

La duración de los implantes mamarios puede variar entre 10 y 20 años o más, dependiendo del material, los cuidados postoperatorios y la respuesta del organismo. El remplazo de los mismos se realiza cuando se presentan problemas como ruptura o contractura capsular, y no necesariamente por el paso del tiempo.

La innovación tecnológica en los materiales de los implantes, como la silicona de alto gel de reticulación, y la adopción de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas también han contribuido a un mayor crecimiento de la industria. Por ello, diversas empresas se centran en el desarrollo de productos ergonómicos.

Finalmente, la autoexploración para  detectar cualquier cambio anormal en los senos, como bultos, asimetrías, cambios en la piel, dolor o secreciones; así como estudios complementarios, como la mamografía y ultrasonido, son la mejor herramienta para identificar el cáncer de mama en estadios iniciales, cuando es más tratable y curable. Se estima que el 90% de los casos detectados a tiempo tienen altas tasas de supervivencia.

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