De acuerdo con Alex Tonatiuh Márquez Hernández, la transformación de las aduanas mexicanas atraviesa un punto de inflexión: ya no se trata solo de eficiencia operativa, sino de blindar el sistema a través de tecnología, trazabilidad y responsabilidad jurídica.
La actual administración federal ha reordenado prioridades: fiscalización, transparencia y gobernanza se combinan para cerrar las brechas por donde se filtraba el contrabando técnico, conocido como “huachicol fiscal”.
“La tecnología garantiza Estado de derecho: cada carga revisada, cada dato analizado y cada registro público fortalecen la confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones”, afirmó Alex Tonatiuh Márquez Hernández, director general de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
Resultados que respaldan la estrategia
Durante los primeros ocho meses de 2025, las aduanas mexicanas frenaron 2,937 intentos de huachicol fiscal, es decir, cargas declaradas bajo fracciones erróneas que buscaban evadir al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Investigaciones periodísticas revelan que menos del 4 % de los agentes aduanales (menos de 30 de más de 800) controlaban históricamente el huachicol fiscal; la ANAM ya ha cancelado más de 45 patentes por irregularidades.
Las reformas aprobadas en el Congreso implican la modificación de 65 artículos de la Ley Aduanera, la adición de 44 y la derogación de 9, para establecer un nuevo régimen de responsabilidad, trazabilidad y auditoría continua.
Trazabilidad y responsabilidad compartida
Con la reforma a la ley que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, se establece un sistema donde:
- Las patentes de agentes aduanales tendrán vigencia de 20 años y no serán vitalicias.
- Habrá certificación obligatoria cada tres años y presentación de declaración patrimonial anual.
- Los agentes aduanales responderán solidariamente ante infracciones y delitos vinculados a sus operaciones.
Estos cambios están pensados para que la modernización tecnológica —escáneres de rayos X, IA, vigilancia digital— vaya acompañada de un marco de gobernabilidad y supervisión institucional.
Gobierno, interinstitucionalidad y resultados
La ANAM trabaja en coordinación estrecha con el SAT, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Fiscalía General de la República (FGR) y Petróleos Mexicanos (Pemex). Esta articulación permite que la vigilancia del comercio exterior sea parte esencial del combate a la corrupción fiscal y al crimen organizado.
La administración federal actual entiende que la seguridad nacional, la recaudación fiscal y la competitividad internacional de México dependen de una aduana moderna, visible y confiable.
“No estamos sobreregulando ni sancionando al sector productivo; lo que buscamos es cerrar los espacios de discrecionalidad y garantizar que los que cumplen tengan un entorno justo”, añadió Márquez Hernández.
Hacia un sistema aduanero de vanguardia
La modernización también tiene impactos directos en la economía: al reducir los márgenes de evasión y contrabando, se mejora la recaudación, se nivela la competencia entre importadores responsables y se envía una señal clara al mercado global de que México está listo para operar bajo estándares de transparencia internacional.
En un mundo donde los flujos comerciales son más complejos y dinámicos, la aduana ya no es un obstáculo, sino un facilitador que opera bajo vigilancia ciudadana y datos verificables.