Luego del escándalo en redes sociales, finalmente se aclaró cuál es la situación en el caso de la investigación relacionada con María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Unidos contra la Corrupción.
Y es que primero, se dio a conocer que supuestamente, la Fiscalía General de la República, a cargo de Ernestina Godoy, habría llevado ante un juez de control la carpeta de investigación iniciada contra la también académica, como parte de una revancha política por ser detractora del oficialismo.
Sin embargo, la respuesta de la FGR no se hizo esperar y difundió una tarjeta informativa en la que precisaba que la indagatoria se habría judicializado con Alejandro Gertz como fiscal General, particularmente en septiembre, y no la semana pasada, como algunas versiones habrían afirmado.
El caso está en que la institución de procuración de justicia aseguró tajantemente que el ministerio público federal analiza detenidamente la investigación para verificar que se haya integrado conforme a derecho y que, bajo ninguna circunstancia, tendría algún sesgo político o línea, tal como detractores del oficialismo aseguraron, al ser María Amparo Casar una crítica férrea de la 4T.
Y es que, sin que la oposición lo asegurara, para como somos en México que crucificamos a alguien en el ciberespacio sin tener pruebas que acrediten su culpabilidad, aunado a la mala leche de varios personajes públicos, la idea de una venganza política se vendía como pan caliente, lo que quedó desacreditado por la FGR luego de la versión oficial.
Por lo pronto, todo parece indicar que la investigación no trascendería, por lo que de ratificarse lo que dio a conocer la Fiscalía General de la República, quizá no habría elementos contundentes para continuar con la indagatoria. Un pendiente menos para la nueva administración de la institución de procuración de justicia.
Chile y sus vaivenes políticos
Luego de que la izquierda chilena fracasara en su intento de mantener su proyecto vivo, el país habrá de tomar una nueva dirección con la llegada del ultraderechista José Antonio Kast, quien tiene una visión diametralmente opuesta de país.
El triunfo de Kast no es producto de un desvarío del electorado; es la consecuencia directa de un ciclo que comenzó con la promesa de una transformación profunda por parte del todavía presidente Gabriel Boric, quien resultó incapaz de implementarla.
Entre 2022 y 2023, Chile protagonizó dos procesos constitucionales fallidos. El primero fue rechazado por el 62% del electorado, el segundo por el 55%, cifras que reflejaron no solo el rechazo de los textos propuestos, sino el hastío ciudadano frente a un debate que se prolongó durante más de tres años sin resolver las urgencias cotidianas.
Ese desgaste impactó directamente en la candidatura de Jeannette Jara, quien fue percibida mayoritariamente como una continuidad del gobierno saliente. Aunque durante la primera vuelta se mostró competitiva acaparando entre el 38-40% de los votos, la realidad es que ese era su techo electoral; no tuvo la capacidad para ampliar su base hacia el centro político ni seducir a los votantes menos ideologizados que ingresaron al padrón del voto obligatorio.
Kast en cambio, supo canalizar el voto anticomunista amalgamando a todas las fuerzas políticas conservadoras, lo que explica cómo pasó de un entorno cercano al 45% en la primera vuelta a 58% en el recuento final.
Mientras, las preocupaciones de la población se fueron acrecentando, particularmente en lo que se refiere a la percepción de inseguridad, y es que la tasa de homicidios pasó de 4.5 por cada 100 mil habitantes en 2018 a cerca de 6.7 en 2024, un aumento suficiente para instalar el miedo como una variable política central. A esto se sumó el crecimiento de la migración indocumentada, especialmente en el norte del país, convertida en un símbolo del descontrol estatal.
Kast, un político que disputaba la presidencia por tercera vez, capitalizó ese clima. Su campaña redujo la complejidad del momento a un mensaje simple: autoridad, control y estabilidad. No se trató de un voto masivo de adhesión ideológica a la ultraderecha, sino un voto de castigo contra un oficialismo percibido como ineficaz y desorganizado. Ni siquiera uno de los grandes logros de Boric –la reducción de la inflación del 12% en 2022 a cerca de 4% en 2024– logró traducirse en una sensación de bienestar y un capital político para su sucesora.
Esto no significa que la democracia liberal esté muerta, por el contrario, el triunfo de Kast confirma la existencia de una alternancia democrática real. Desde 2010, el país ha transitado entre gobiernos de derecha e izquierda en al menos cuatro ocasiones, mediante elecciones competitivas y transiciones institucionales ordinarias.
Chile se suma así a una tendencia global en la que los electorados cansados de promesas incumplidas optan por giros drásticos antes que por continuidades inciertas. Un péndulo peligroso en el que cada elección es cada vez menos un debate de ideas y más un referéndum sobre el fracaso del ciclo anterior.
La ocurrencia de la descentralización
Probablemente la ambición de poder explique cómo es que habiendo sido AMLO tres veces candidato a la Presidencia, en por lo menos doce años -incluido seis en que pretendió instituir un gobierno “legítimo”-, no pudo armar un plan de gobierno donde sus ideas pudieran ser aterrizadas de manera sensata, en el por qué sí o por qué no se pueden o, de qué otra forma hacerlas, o mejor aún, reunir mejores ideas. Es así como atestiguamos ocurrencias como la escasez de gasolina de inicios de año, la cancelación de las obras del nuevo aeropuerto, la construcción del Tren Maya, la refinería, la megafarmacia, y otras más, como la descentralización del gobierno.
De acuerdo a reportaje de El Universal, a una solicitud de información formulada por el diario a la Presidencia de la República, ésta remitió a la versión estenográfica de una conferencia mañanera de hace un año, donde la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que “por el momento” no se contemplaba continuar la descentralización porque se requieren recursos para ello, dando a entender que no se tienen.
A diferencia de otras ocurrencias a las que se aferró López Obrador, la de repartir a las dependencias y otras instituciones de gobierno por toda la República para supuestamente impulsar el desarrollo equilibrado en el país, no fue de las batallas que defendiera. Como no queriendo, pero para que se viera que se cumplía la instrucción en un sexenio donde la lealtad llegaba a muestras de abyección, algunas dependencias hicieron traslados parciales, como la Secretaría de Salud a Acapulco, la de Cultura a Tlaxcala, la Conagua en Xalapa, la Secretaría del Trabajo en León, pero en ningún caso se estableció el nuevo domicilio oficial de ninguna institución fuera la capital del país.
El pretexto para no insistir fue la pandemia, lo cierto es que ahora tampoco Sheinbaum ve los pros y sí muchos contras de tener, por ejemplo, la SEP en Puebla, SICT a San Luis Potosí, el SAT en Mexicali, y así un amplio y complicado etcétera.
Es así como por lo menos se evitó un gasto innecesario con beneficios inciertos, quedando para la anécdota la ocurrencia de la descentralización del gobierno.
Corredor Reforma: la apuesta inmobiliaria rumbo a 2026
En un mercado inmobiliario que continúa ajustándose a los efectos posteriores de la pandemia, el Corredor Reforma se mantiene como el activo más resiliente de la Ciudad de México. En ese punto coincidieron Justino Moreno, Head of Accumin Intelligence México, y Enrique Téllez, Co-Director de Desarrolladora del Parque, durante el webinar “Del 2025 al 2026: Análisis, tendencias y el nuevo rumbo inmobiliario”, organizado por University Tower.
Mientras la venta nacional de vivienda vertical cayó 9% en el último trimestre de 2025, los corredores premium mantuvieron su fortaleza, encabezados por Reforma, con una plusvalía anual de 8.9% y picos históricos del 11%.
De acuerdo con el análisis presentado por Moreno y Téllez, Reforma no es solo el corredor con el valor por metro cuadrado más alto de la capital –$124,422 pesos–, sino también uno de los más dinámicos en absorción y desarrollo. Con 59 proyectos activos, 228 unidades vendidas en el último trimestre y un inventario limitado, la zona se beneficia de una combinación difícil de replicar: localización estratégica, conectividad y una oferta alineada con el regreso a la vida urbana.
Las alcaldías centrales, particularmente Cuauhtémoc, concentran la mayor plusvalía por su capacidad de ofrecer trabajo, servicios y entretenimiento en distancias cortas. A este escenario estructural se suma un catalizador de alto impacto: el Mundial de 2026, ya que la insuficiente oferta hotelera abrirá oportunidades para modelos residenciales de estancia corta en corredores como Reforma, Roma y Condesa.
En ese horizonte, convinieron ambos expertos: invertir en Reforma dejó de ser una apuesta coyuntural para convertirse en una decisión de largo plazo, sustentada en datos, escasez de oferta y una ciudad que inevitablemente avanza hacia la vida urbana de alta densidad.