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IA redefinirá la ciberseguridad empresarial en 2026: Kaspersky

por Mujer Ejecutiva
IA ciberseguridad

De cara al 2026, la inteligencia artificial se convertirá en un factor crítico para la resiliencia operativa, la reputación corporativa y la continuidad de las empresas, así lo han dado a conocer expertos de Kaspersky.

Asimismo, mencionan que la rápida adopción de modelos de lenguaje, sistemas generativos y agentes autónomos marcará un antes y un después tanto en las capacidades defensivas de las organizaciones como en el nivel de sofisticación de los ciberataques.

Predicciones para 2026

1. Los deepfakes pasarán de ser una amenaza emergente a un riesgo estructural para las empresas

El hecho de que el 72% de los mexicanos aún no sepa qué es un deepfake, según un estudio de Kaspersky, representa una vulnerabilidad crítica para las empresas del país. Esta falta de conocimiento expone a colaboradores, proveedores y clientes a fraudes cada vez más creíbles, impulsados por inteligencia artificial, en un entorno donde la suplantación de identidad, la manipulación de voz e imagen y la ingeniería social avanzada evolucionan con mayor rapidez que la capacidad de detección humana.

En 2026, los deepfakes estarán plenamente integrados en el panorama de riesgos corporativos, por lo que las empresas deberán tratarlos como amenazas permanentes y no como incidentes aislados. La suplantación de ejecutivos, los fraudes financieros, la manipulación de comunicaciones internas y los ataques dirigidos a áreas críticas como finanzas, compras y dirección general convertirán el desconocimiento en un riesgo directo para la continuidad del negocio, la reputación corporativa y la estabilidad financiera.

2. Mayor calidad y accesibilidad del fraude basado en IA

    La mejora drástica del audio sintético permitirá ataques de voz altamente realistas, mientras que las herramientas para generarlos serán cada vez más fáciles de usar. Esto incrementará los casos de fraude por suplantación, estafas en transferencias, manipulación de proveedores y ataques al área financiera.

    3. Falta de estándares sólidos para identificar contenido generado por IA

    La ausencia de sistemas universales realmente fiables para etiquetar e identificar contenido generado por inteligencia artificial obligará a las empresas a reforzar sus propios mecanismos de validación, verificación y control de autenticidad, especialmente en procesos críticos como autorizaciones de pago, comunicaciones internas y gestión de proveedores. Esto implicará ajustes en los flujos operativos y una mayor inversión en tecnología y capacitación.

    4. La IA como motor transversal en toda la cadena del ciberataque

      La IA será clave para que los actores maliciosos automaticen tareas que antes requerían altos niveles de experiencia. Desde la planificación y el desarrollo de herramientas hasta la preparación de infraestructuras y la generación de comunicaciones fraudulentas, la inteligencia artificial reducirá drásticamente los tiempos y elevará la profesionalización de cada fase del ataque.

      Como resultado, las operaciones serán más rápidas, más escalables y mucho más difíciles de rastrear, aumentando la capacidad de los atacantes para adaptarse, evadir defensas y lanzar campañas altamente personalizadas contra organizaciones específicas. 

      5. Regulación, secure by design y control corporativo del uso de la IA

      Si bien la reglamentación y las políticas públicas jugarán un rol clave en la adopción responsable de la inteligencia artificial, como lo reflejan los debates legislativos en Colombia y Brasil, la gestión efectiva de los riesgos asociados a la IA no puede depender exclusivamente del marco regulatorio. Las organizaciones deben anticiparse e integrar principios de security and privacy by design desde las etapas iniciales de diseño, desarrollo y despliegue de sistemas de IA, a lo largo de todo su ciclo de vida, con el fin de prevenir riesgos como la fuga de datos, manipulaciones, sesgos y usos indebidos de información sensible.

      En este contexto, la decisión de permitir, limitar o restringir el uso de inteligencia artificial dentro de la organización deberá integrarse a la matriz de riesgos corporativa y formalizarse mediante políticas internas claras de gobernanza de IA. Procesos, datos y activos críticos o confidenciales no deben ser automatizados ni procesados mediante IA sin previas evaluaciones de impacto, controles técnicos robustos, auditorías periódicas y mecanismos de supervisión humana, a fin de garantizar un uso alineado con los principios regulatorios emergentes y asegurar que la empresa mantenga el control total sobre su información, sus decisiones y sus operaciones críticas.

      Recomendaciones para evitar este tipo de vulnerabilidades

      • Control web para reducir riesgos desde la navegación: Las empresas deben contar con esta herramienta para regular a qué sitios y recursos pueden acceder los empleados. Esto permite bloquear páginas maliciosas, plataformas de fraude o herramientas de generación de contenido peligroso, reduciendo el riesgo de infecciones, estafas y fugas de información desde el origen.
      • Control de aplicaciones en equipos y celulares corporativos: Implementarlo junto con una gestión de dispositivos móviles óptima es clave para decidir qué aplicaciones pueden usarse dentro de la empresa. Esto ayuda a bloquear apps legítimas que están siendo usadas para estafas cuando no son necesarias para la operación, evitando suplantaciones, fraudes y comunicaciones no autorizadas.
      • Capacitación continua, el factor humano sigue siendo el mayor riesgo: Las empresas deben invertir en la educación constante de sus colaboradores, ya que el error humano sigue siendo la principal puerta de entrada de los ataques.

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