El rezago científico en México se ha convertido en un problema estructural que amenaza el desarrollo tecnológico del país. La recién creada Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, encabezada por la Dra. Rosaura Ruiz Gutiérrez, enfrenta un desafío monumental para revertir décadas de abandono y decisiones cuestionadas.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, México ha registrado un retroceso en la inversión del Producto Interno Bruto (PIB) destinada a ciencia. Esta disminución ha profundizado la dependencia tecnológica y limitado la capacidad de respuesta de los científicos nacionales ante situaciones críticas, como quedó demostrado durante la pandemia.
Politización y controversias en la gestión de la ciencia
Especialistas señalan que gran parte del problema radica en que las decisiones en materia científica se han tomado bajo criterios ideológicos, priorizando discursos políticos con fines electorales. Ejemplo de ello fue la gestión de Elena Álvarez Buyllá al frente del extinto CONACYT, marcada por controversias y acusaciones de irregularidades, sobre todo en los nombramientos de directores de Centros Públicos de Investigación.
Casos como el del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), donde fue designada Maira Rubí Segura Campos pese a haber obtenido la calificación más baja en el proceso de selección, han provocado inconformidad en la comunidad científica. Investigadores del centro han solicitado la intervención de las autoridades por la deficiente conducción institucional.
En el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (CIATEC), en Guanajuato, la situación no es distinta. Su actual titular, Mariana Arce Osuna, fue nombrada sin el respaldo de la comunidad académica, que hoy denuncia falta de rumbo, irregularidades administrativas y hasta señalamientos de hostigamiento laboral contra la responsable de administración, Amalia Rodríguez Hernández.
Centros de investigación en crisis
La problemática no se limita a estos casos. Instituciones como CentroGeo, CIATEQ, CIBNOR, CIAD, CIESAS, CIMAT, CIQA, IPICYT, el Instituto Mora y el Colegio de San Luis, entre otros, presentan conflictos internos derivados de nombramientos cuestionados realizados durante la gestión de Álvarez Buyllá. Dichas disputas han desviado recursos y esfuerzos de su misión principal: impulsar la agenda científica del país.
El reto hacia adelante
El futuro del desarrollo científico y tecnológico en México dependerá de cómo se atiendan las demandas de la comunidad científica. Voces académicas coinciden en que se requiere menos política en la ciencia y más ciencia en la política, como una fórmula indispensable para generar pensamiento crítico y encontrar soluciones a los grandes retos que enfrenta la humanidad.
